martes, 17 de septiembre de 2013

Ellas.

Sólo esperaba que por al menos esta vez llegara temprano, aunque la idea de una posible decepción la obligó a mantener fija la mirada en la pantalla, mientras leía artículos que probablemente no tardaría en olvidar. Anochecía y, si bien hubiera preferido no pensar en ello, no lograba evitar revivir en su cabeza momentos que tiempo atrás habían compartido y deseaba que se volviera a repetir.
Porque quería volver a tenerla entre sus brazos, verla mientras una suave y tenue luz que desde la ventana entraba, iluminara su rostro, bañando sus labios de un nuevo color. Cerrar los ojos y sentir que ellas eran dueñas del mundo que habían creado para las dos. Temía ante la posibilidad de no poder volver a crear momentos a su lado, la sensación que los segundos se agotaban a veces lograban en ella una sensación de asfixia, que sólo lograba calmar al observar el rostro ajeno, tan lejano a sus propios miedos. Porque ella lucía tan tranquila entre sus brazos, como si no le importara la posibilidad de ya no estar juntas, o quizás era que ni siquiera pensaba en ello. Y no había duda que estaba bien lo que hacía si de eso se trataba, sólo deseaba que cuando se despidieran pudiera ella comprender que podía ser la última vez.
Entonces la besó suave al principio, relajándose cuando sintió que era correspondida sin titubear. Sus labios se movían expresando decidir estar juntas significaba dejar de ser dos personas para comenzar a ser una sola, resguardando la individualidad de cada una pero dejando que la otra la complementara. En cierto aspecto, las volvía una especie de unidad, en un mundo que compartían desde el momento que se levantaban cada mañana con un cuerpo ajeno acostado a su lado. Aquel cuerpo que con los ojos cerrados se apegaba a ella, comunicando inconscientemente que aún la necesitaba. Y cuando sus labios se movían mientras dormía, susurrando que la amaba, ella intentaba no recordar que durante la mañana, la conciencia la obligaba a desahogar que por ella solo un “Te quiero” sentía. Y la abrazaba aún dormida, su respiración como prueba suficiente para saber que quizás ella no había notado el ritmo acelerado de su corazón haciendo eco en la habitación, escuchando palabras que deseaba escuchar y esperaba con ansiedad que el momento se presentara.
Y finalmente la despertaba con caricias, solo obteniendo de ella un fruncir de ceño, que implicaba que deseaba seguir durmiendo pero nunca iba a rechazar su amor. Mientras sentía como la yema de los dedos de ella acariciaban su piel, provocando que se erizara ante su tacto, tampoco se evitaba sonreír, esperando que continuara.


Life for you is shades of grey

Y es tan obvio que voy a utilizar este espacio como una excusa para expresarme, cuando en realidad no voy a hacer más que perder el tiempo, que ya no vale la pena intentar no sentirme mal.
Estoy esperando que esta semana termine rápido y no se porqué, ni siquiera tengo cosas para estudiar (por fin una semana libre de esas mierdas), peeeero no lo se, capaz porque el clima no ayuda. Si, el invierno es hermoso y amo el frío, pero para disfrutarlo se necesita una cama y una taza de latte (preferentemente). Al contrario, estoy levantándome a última hora sin ganas de respirar, cambiándome de ropa y apenas comiendo algo, porque en mi casa (para variar) nunca hay nada.
Me estresa muchísimo quinto año, no porque signifique que el próximo año empiezo la facultad o porque hay muchas cosas para estudiar, sino porque la cantidad de dinero que hay que gastar es increíble y me pone nerviosa sabiendo que en mi casa falta dinero. Me siento culpable de eso porque yo soy quién va a la psicóloga y psiquiatra todas las semanas (razón por la cual le voy a comunicar al psiquiatra que voy a dejar de ir regularmente para comenzar a ir cada quince días o un mes, que no joda). Además de ser yo quién va al dentista y... son gastos innecesarios, pero no, obvio, cuando se tiene un defecto es difícil de manejarse.
Plata para el disfraz, para la fiesta, para el colegio, para tal cosa... Dejé el gimnasio a partir de esta semana por eso mismo, porque no hay plata. Quiero hacerme una bolita y dormir por varios siglos, si es posible.

Nada que ver pero tengo que escribir una monografía sobre Rayuela libro que seguramente todos conocemos, está escrito por Cortázar y es uno de mis favoritos, sin importar que tan mainstream suene al respecto. No encuentro un tema de la novela que me gustaría tratar en la monografía, o al menos el que encuentro no entiendo cómo empezar, ya que es muy extenso (como todo lo que se me ocurre). En fin, ni idea que voy a hacer.

lunes, 16 de septiembre de 2013

días como este me gustarían que duraran más, no tener que volver a la rutina mañana, poder hacer lo que quiero, quedarme en casa tomando cosas calentitas. estar con alguien sería lindo, pero me gusta este tiempo para mi, me gustaría tener facturas con café con leche y comer hasta hartarme, sin que me importa cuánto puedo llegar a engordar. quiero dormir y no tener que despertarme temprano mañana, que no llueva más, que no haga tanto frío

domingo, 15 de septiembre de 2013

está empezando a ser en serio y no me gusta, no quiero
me gustás
tengo ganas de decírtelo y eso significa que es de verdad,
que necesito quitármelo de encima para poder continuar
y no llegaría a ese extremo sino fuera
(comenzando a ser) 
importante
y se que no tengo oportunidad,
que ni siquiera la quiero
y en realidad no se que hacer, seguramente es por eso que no debería decírtelo
esperar a ver que pasa.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Quiero muchas cosas pero en realidad vienen de una sola idea y es la de no apegarme a las responsabilidades. Solo por un día, dónde llegar a tal hora no sea un deber, dónde elija un colectivo y me sienta libre mientras lo espero, mientras me siento y miro la ventanilla con los auriculares puestos, donde al cerrar los ojos no sienta más que la música y una paz que encubre en realidad un vacío provocado por el tener que hacer. Un vacío que no significa otra cosa más que angustia, que está, que pretendo que la extingo un poco cuando me voy a Starbucks a última hora con plata que en realidad no debería gastar.
Quiero un día así y no lo estoy teniendo, me estoy ahogando de a poco en la monotonía del día, siento que estoy siendo todo eso que odio. Y yo odio sentirme esa gente que para tomar necesita un vaso y para comer una hora específica, esa gente que tiene horarios programados, que una salida de a último momento no está permitida, esa gente que no se da un lugar para ellos mismos en el mundo porque piensan que ya está instalado, que es eso que los rodea y que en realidad son puras imposiciones ajenas a ellos, que llegaron en su tiempo y no supieron decirles que no.
Y, como si fuera poco, tengo esta sensación de no querer hacerlo sola, de invitarte a vos a tomar algo y que hablemos y hacerte reír, y que tengamos un tiempo juntas, porque esto se me está yendo de las manos. Y quiero verte para corroborar que no siento nada, aunque la última vez así no fue. Quiero verte para que mi cerebro piense un poco, reaccione que sos mi amiga y yo siempre dije que mis amigas son como hermanas de las cuales no puedo gustar. Pero vos...
Me encuentro sentada pensando qué decirte y no hay nada para decir.